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miércoles, 30 de julio de 2014

Transantiago: ubicación de puntos de carga incide en evasión

Estudio revela que "evasión no intencional" sería una de las consecuencias ante el déficit de lugares para recargar la tarjeta Bip.

La Tercera, por Valentina Mery - 30/07/2014 - 07:41
En el marco del plan de mejoramiento al Transantiago, anunciado por la Presidenta Bachelet el pasado 29 de mayo, se incluyó un aumento de los puntos de carga de la Tarjeta Bip. La idea de la autoridad es disminuir la evasión que existe en el sistema, dotando a los usuarios de más lugares para cargar su pase.
En este contexto, la empresa Alto Evasión evaluó 1.653 paradas correspondientes a los recorridos de la empresa Alsacia-Express, que posee el 33% de la flota del servicio, donde se detectó que los pasajeros deben caminar 800 metros, en promedio, para cargar la tarjeta si se quedan sin saldo. Incluso, en alguno de ellos, el punto de recarga más cercano estaba a 1.700 metros.
Los paraderos con más déficit de lugares de carga según el estudio pertenecen a las comunas de Las Condes, Lo Barnechea, La Reina y Vitacura (un 44% del total), teniendo una evasión promedio del 42%. Mientras que el 80% de los paraderos con cargas más cercanas pertenece a las comunas de Providencia y Santiago. Ahí el promedio de evasión cae a un 13%, en promedio.
“Si bien la evasión no se justifica por tener una red de recarga deficiente, hemos observado que sí existe mayor evasión en paraderos que están más aislados respecto de los puntos de recarga”, explicó Juan Cristóbal Palacios, gerente general de Alto Evasión.
En esta misma línea, Víctor Barrueto, director ejecutivo de la Asociación de Concesionarios de Transporte Urbano de Superficie (Actus), comentó que “es importante considerar que hay una especie de evasión no intencional, es decir, de gente que evade no porque quiera, sino porque la situación lo pone en una disyuntiva de que cuando se agota la carga no tiene dónde cargar”.
Mejorar red
Dentro de los paraderos que se encuentran en situación crítica, tanto por su nivel de evasión como por la lejanía de sus puntos de recarga, se encuentra el refugio ubicado en Rinconada El Salto con Av. del Parque, en Huechuraba, donde la evasión es del 77% y su punto más cercano está a 603 metros.
Al respecto, el director del Transporte Público Metropolitano, Guillermo Muñoz, detalló que “entre las medidas impulsadas por el Ministerio para mejorar el Transantiago se encuentra la extensión del horario del boleto de emergencia”.
Muñoz agregó, además, que “estamos desarrollando, en conjunto con Metro, diversas acciones, tales como incorporar puntos de carga en locales de retail, farmacias y supermercados, entre otros. Esto aumentará la red de carga en un 48%”.

martes, 6 de mayo de 2014

Revisión de Contratos de Transantiago

Si las empresas logran reducir por esta vía las pérdidas que les significa la evasión, desaparecerían los incentivos para bajarla.


Fuente: El Mercurio, 6 de mayo de 2014.

Dentro del proceso de revisión que, según estipulan sus contratos, debe realizarse cada dos años, los concesionarios del Transantiago están solicitando al Ministerio de Transportes subir los pagos que reciben por pasajero transportado. El planteamiento se fundamenta en que la demanda por transporte público —según lo reflejaría el número de validaciones anuales de la tarjeta bip!— habría caído en los últimos años, por lo que sus ingresos resultarían hoy insuficientes. Otros problemas que enfrentan las empresas concesionarias incluyen el alto valor de los combustibles y los efectos de la congestión vehicular; ambos han aumentado sus costos de operación. Tras la baja en las validaciones existe, sin embargo, otro fenómeno que relativiza la afirmación sobre una supuesta caída de la demanda: la evasión generalizada en el pago del pasaje, y que se concentra precisamente en los buses (en el metro, en cambio, es casi nula). Aunque se estima que ella alcanza a lo menos al 20%, en realidad no existen cifras totalmente confiables. Sí es un hecho que, en el caso del metro, las validaciones han subido 10% en el período 2010-2013, mientras que han caído 15% en los buses. Es posible, sin embargo, que esto último no se deba a una baja real de la demanda, sino a que las concesionarias no han logrado reducir la evasión, pese a que los actuales contratos las incentivan a hacerlo, castigando sus ingresos. Tal fracaso en el control de la evasión puede ser en parte responsabilidad de las propias empresas; si bien algunas han implementado estrategias más sistemáticas para combatir el no pago, incluso contratando asesoría especializada, esa no parece ser la situación en todas las líneas. Los concesionarios, sin embargo, reclaman no recibir suficiente apoyo, ni de Carabineros ni del sistema judicial. En este sentido, es probable que, para la sustentabilidad del sistema de transporte público capitalino, sea necesario que la autoridad intensifique las campañas antievasión en coordinación con la policía uniformada, además de evaluarse mecanismos más eficaces para sancionar a quienes eluden el pago de su pasaje. Una fórmula a estudiar sería la de que, durante un período acotado de tiempo, algunos buses viajen de modo permanente con carabineros que hagan descender a los usuarios que no paguen. Las cifras que entonces se registrarían podrían compararse con las de otros períodos y con las de los buses sin policías, todo lo cual permitiría obtener una mejor estimación de la evasión y diseñar estrategias más eficaces para enfrentarla. Un tema aparte es que muchos usuarios justifican no pagar debido al mal servicio que reciben: Transportes ha detectado que algunas empresas envían buses que no paran en los paraderos, y hacen su recorrido vacíos y con menos costo, aprovechándose de la forma en que se fiscalizan los contratos. El problema que el actual proceso de revisión plantea es que si las empresas logran reducir por esta vía las pérdidas que les significa el no pago, desaparecerían los incentivos para esforzarse en bajar la evasión. Por lo tanto, si bien es probable que el ministerio deba acoger en parte las peticiones de los concesionarios (so riesgo de la quiebra de algunos de ellos), el monto del alza debería ser menor a lo que demandan. En todo caso los problemas del Transantiago actual son los de cualquier sistema regulado y difieren de la crisis experimentada en sus inicios. Así, si ambas partes no logran llegar a un acuerdo respecto del pago por pasajero transportado, el caso se presentará ante un panel de expertos que deberá optar por una de las dos posiciones en pugna. Esta fórmula permite moderar las pretensiones de cada parte, ante el riesgo de que el panel elija la propuesta del contradictor. 

http://bit.ly/1kIBr35

jueves, 14 de junio de 2012

Transantiago arroja déficit de US$ 195 millones en 2012

Según el informe financiero, Metro ha registrado cinco millones más de viajes.

Fuente: Manuel Valencia, La Tercera, 13 de junio de 2012.

Un déficit de US$ 195 millones acumula el Transantiago entre enero y abril de este año. La cifra se desprende del último informe financiero del sistema, dado a conocer por la Coordinación de Transantiago.
Según el documento, este monto es US$ 15 millones más alto que en el mismo período de 2011, cuando el déficit alcanzó US$ 180 millones.
Asimismo, establece que hasta abril pasado, el sistema ha percibido ingresos por US$ 335 millones y costos por US$ 530 millones, lo que ha obligado a aplicar subsidios y un alza de $ 20 en febrero para cubrir los gastos.
Con este nuevo monto informado, el Transantiago alcanza un déficit histórico cercano a los US$ 3.500 desde su implementación, en febrero de 2007. Para contener estas pérdidas, el Fisco ha desembolsado, en el mismo período, US$ 3.022 millones en subsidios.
Al respecto, el coordinador de Transantiago, Patricio Pérez, indica que el monto que en 2012 se ha requerido “del subsidio para la operación del sistema respalda la necesidad de contar con un financiamiento permanente, que hoy se discute en el Congreso, y que evite que el Panel de Expertos determine alzas por otros motivos que no sean el aumento de los combustibles o la inflación”.

Auge del Metro
El documento también muestra la evolución de las validaciones realizadas a través de la tarjeta bip! en distintos medios asociados al Transantiago en los últimos dos años.
En 2010, los buses registraban 1.194 millones de validaciones de la tarjeta bip! La cifra se redujo a 1.088 millones el año pasado, lo que implica 106 millones de validaciones menos.
Por el contrario, el Metro totalizó 639 millones de desplazamientos marcados con la tarjeta bip! en 2011, 20 millones más que los validados en 2010.
Este 2012 nuevamente se registra un repunte: entre enero y abril el Metro ha registrado 198 millones de validaciones, cinco millones más que en el mismo periodo de 2011.
El alza de viajes por el tren subterráneo coincide con la cifra histórica de 2.506.964 pasajeros que se alcanzó el 4 de mayo pasado y que ha determinado la mayor afluencia en este medio de transporte, en toda su historia, según la empresa.
“El Metro ha llegado a estar así de denso porque se diseñó para que fuese el eje estructurante del Transantiago. Esto se suma a que el régimen de superficie ha sido peor de lo esperado”, explica el presidente de la Sociedad de Ingenieros en Transportes, Leonardo Basso.
El académico de la U. de Chile señala que esta situación sólo se resuelve “si se mejoran dramáticamente tres atributos de los buses: la velocidad, frecuencia y confiabilidad. Esto se logra con pistas solo bus y quitándole espacio físico a los autos en las calles”, añade.
Patricio Pérez afirma que esta situación cambiará con los nuevos contratos de operación con los operadores de buses, que entraron completamente en vigor hace una semana. “El foco que ponemos en los nuevos contratos apunta a que las empresas mejoren en ejes vitales, como regularidad y frecuencia, lo que beneficiará directamente a los usuarios, al mejorar el servicio y hacerlo atractivo frente a las extensiones de Metro como la realizada el año pasado a Maipú”, señala.

Señor director:

En la información publicada por su medio el miércoles 13 de junio, relativa al Informe Financiero de Transantiago de abril de este año, se comete un error al sostener que el sistema de transporte público presenta un déficit en su financiamiento.

La Ley de Subsidios aprobada en 2009 y su modificación posterior, al recoger la estructura financiera de Transantiago, estipuló claramente que los fondos para sustentar la operación del sistema provendrían tanto de los ingresos por tarifa como de los montos de subsidios aprobados por la ley.

Por lo tanto, no se puede sostener que Transantiago enfrenta un déficit histórico, dado que hoy el sistema cubre sus gastos de acuerdo a la normativa vigente.

Si hubiese déficit, los recursos totales disponibles no serían suficientes para cubrir la operación del sistema.

Patricio Pérez G.
Coordinador general de Transportes de Santiago


N. de la R.: En relación a lo indicado por el coordinador de Transantiago, es preciso señalar que en la nota se define como déficit el monto que los ingresos del sistema no alcanzan a cubrir, puesto que los costos lo superan. El subsidio, según lo estipula la ley a la que se refiere el coordinador, precisamente está destinado a cubrir el delta generado por el déficit financiero y así se expresa en la nota publicada.

http://bit.ly/KxKGXb

jueves, 19 de abril de 2012

Transantiago alcanzó 27,7% de evasión en febrero, la más alta en la historia del sistema


En el primer trimestre de este año, el modelo registró un 25,5% de pasajes que no fueron cancelados.
Fuente: Manuel Valencia, La Tercera, 18 de abril de 2012.

Casi un tercio de los usuarios del Transantiago no pagó su pasaje en febrero de este año, según los registros medidos por la Unidad de Fiscalización del Ministerio de Transportes. En ese mes, cuando se produjo un alza de $ 20 en la tarifa, la evasión alcanzó un 27,7%, una cifra muy superior al 16,2% que evidenció en la primera medición de la evasión, en mayo de 2007.
Con ese incremento, el primer trimestre de este año arrojó un promedio de 25,5% de pasajes impagos, de acuerdo con un balance de la cartera, que arrojó una disminución a 22,7% en marzo.
"La baja de marzo da cuenta del papel más activo que están tomando las empresas concesionarias al disponer medidas para controlar el pago en paraderos y a bordo de los buses. Nuestro compromiso es seguir trabajando en conjunto, concesionarias y Ministerio de Transportes, para seguir disminuyendo esa cifra en los próximos meses, porque sabemos que este es un problema que afecta a la inmensa mayoría de personas que sí pagan su pasaje", señala el coordinador de Transantiago, Patricio Pérez.
El alza en el promedio de la evasión se produce, pese a las campañas lanzadas por el gobierno y a la ley que elevó las multas a un promedio de $ 17.000 para los infractores.
En cuanto a los costos, los viajes que no fueron cancelados implican pérdidas estimadas de US$ 92 millones al año.
Según el presidente de la Sociedad de Ingenieros en Transportes, Leonardo Ba-sso, el fenómeno responde al alza reiterada de tarifas y a una costumbre que se está arraigando. "Esto evidencia que una mayor tarifa impulsa más evasión, porque, pese a que hay más campaña o haya más fiscalizadores, se va estableciendo una norma. Los primeros evasores se atrevieron y los que siguieron, al ver que no hay un castigo, se van atreviendo", explica.
Medidas
Los peores niveles de la evasión se registraron en comunas como La Florida, Puente Alto y Huechuraba.
En esos lugares concentran su trabajo los 15 equipos fiscalizadores, compuestos por tres inspectores y dos carabineros cada uno, que controlan la evasión. Diariamente, los grupos trabajan en dos turnos, entre las 7.30 y las 21.00. El año pasado lograron realizar 1.295.821 fiscalizaciones, lo cual, según el Ministerio de Transportes, implica un promedio de 90 usuarios por cada control en la vía pública.
En los dos primeros meses de este año, los fiscalizadores han logrado controlar 10.140 buses, en los que verificaron el pago de pasaje de 153.178 personas. De ellas, se citó a 9.355, el 6,1%.
Pese a ello, un análisis realizado por la Unidad de Fiscalización del Ministerio de Transportes en cinco juzgados de la zona E (La Florida), evidenció que sólo 27 personas de 100 citadas pagaron la infracción.
Para reducir la evasión, el gobierno estableció en los nuevos contratos con las empresas -firmados en diciembre- que el pago a las firmas se hará según la cantidad de pasajeros que logren transportar.
Con ello, se obliga a los operadores a implementar medidas para reducir la evasión, como la instalación de torniquetes en los buses o la contratación de guardias de seguridad en paraderos más críticos.

http://bit.ly/HVHzqC

miércoles, 7 de diciembre de 2011

La nota editorial que originó el debate

En el diario La Tercera del 3 de diciembre de 2011, bajo el título "Subsidios para el Transantiago", se vierten algunos conceptos acerca del subsidio a nuestro sistema de transporte público, se lo compara con otras ciudades y se cuestiona la eficiencia de estos esquemas y su impacto en el valor de las tarifas.
Conceptos atendibles y discutibles, que generaron un debate entre dos destacados profesionales de la economía y el transporte.

Esta es la secuencia:


Editorial: Subsidios para el Transantiago

30/11/2011
http://bit.ly/vvZOVy
http://bit.ly/t6kXZZ
 
Con los argumentos de que en otras metrópolis los subsidios estatales al valor del pasaje de locomoción colectiva son mucho más altos que los existentes en Santiago, y que nuevas alzas al costo del boleto serían inminentes, autoridades del Ministerio de Transportes han señalado que el gobierno propondrá al Congreso elevar el aporte del subsidio permanente al plan de transporte capitalino.

La iniciativa busca mitigar los efectos políticos y sociales que tienen las alzas en el costo del pasaje, el que recientemente vio incrementado su costo en $ 10. Todo apunta, sin embargo, a que una vez más se verán rotas las expectativas en torno al Transantiago. Inicialmente se señaló que el sistema sería autosustentable. Luego, ante la evidencia de que no sería así, se le comenzaron a inyectar grandes sumas, lo que terminó con la aprobación en 2009 de millonarios subsidios. Estos fueron diseñados con la idea de que su aporte fuera decreciente, en la esperanza de que el Transantiago redujera sus pérdidas. El hecho de que el gobierno esté pensando proponer nuevos subsidios ratifica que ésta no fue más que otra quimera de un sistema fracasado, incapaz de financiarse y que supone una sangría para el erario.

Las autoridades tienen la oportunidad, con los nuevos contratos que debe firmar en los próximos meses, de buscar vías para mejorar la calidad del servicio y la sustentabilidad financiera del negocio. No es prudente promover que los boletos del transporte público sean mantenidos artificialmente bajos, pues existen maneras mucho más eficientes de ayudar a quienes lo necesitan (como, por ejemplo, la entrega directa de bonos a los sectores más vulnerables). Además, porque al bajar artificialmente los precios, se distorsiona la señal que éstos envían y no se utilizan adecuadamente los recursos. Por último, debido a que incrementa el costo fiscal, que se suma a otros gastos del Estado que se han ido acumulando en el último tiempo.


Subsidios para el Transantiago I, http://bit.ly/sacaxt

02/12/2011

Señor director:
En su editorial del jueves 30 de noviembre se critica fuertemente revisar los subsidios destinados al Transantiago. Lamentablemente, su editorial no reconoce varios argumentos técnicos para subsidiar el transporte público. Por ejemplo, sabemos que en Santiago el transporte privado está implícitamente subsidiado, ya que no paga -incluso considerando el impuesto a los combustibles- los daños sociales que genera por congestión y accidentes. En este contexto, y en ausencia de una política de tarificación vial, exigir que el transporte público se autofinancie conduce a una muy mala asignación de recursos.  
Por  otro lado, una evaluación de los costos del actual sistema debe considerar que gracias al Transantiago se formalizaron las relaciones laborales de los choferes, se modernizó la flota de buses y se introdujo tecnología de punta (tarjeta bip, GPS, etc.). Una investigación que he dirigido muestra que de haber realizado estos cambios en el sistema antiguos de micros amarillas, los costos serían aún más altos que los actuales. Pretender tener un sistema con buses nuevos (que contaminan menos), choferes que trabajan jornadas normales (en lugar de 14 a 16 horas diarias) y tecnología de punta, y no introducir subsidios -como lo hacen las ciudades desarrolladas del mundo- fue tal vez el mayor error de diseño en el Transantiago. 

Andrés Gómez-Lobo
Facultad de Economía y Negocios, U. de Chile


Subsidios para el Transantiago II,

03/12/2011
 
Señor director:
Concuerdo plenamente con el editorial del miércoles 30 que plantea la necesidad de revisar los subsidios al Transantiago. Al mismo tiempo, quisiera refutar algunos de los argumentos planteados por el economista Andrés Gómez-Lobo ayer en esta sección.
En primer lugar, el editorial del miércoles en ningún momento sugiere y mucho menos exige autofinanciamiento del transporte público,  sino  que  su espíritu -el cual yo comparto- es cuestionar la solicitud adicional de subsidios sin una justificación socioeconómica de ninguna índole, más allá de las motivaciones políticas. Lo mismo que se criticó al gobierno anterior.              
En segundo lugar, Gómez-Lobo plantea que gracias a Transantiago se formalizaron las relaciones contractuales con los conductores, se renovó parte de la flota y se implementó tecnología (GPS y bip!). Esto no representa, desde el punto de vista socioeconómico, una justificación para el subsidio y todo economista lo sabe.
En tercer lugar, Gómez-Lobo desconoce que hoy ya existe un subsidio cercano al 40% de los costos y que es absolutamente legítimo cuestionarse si dicho subsidio, y los adicionales que se soliciten, tienen o no justificación. 
El déficit del sistema, que genera finalmente el subsidio existente, se debe principalmente a los contratos vigentes y no a las mejoras tecnológicas y laborales que sugiere Gómez-Lobo. El pago a los operadores crece anualmente mientras los pasajeros y los ingresos decrecen. Luego, el sobrecosto producto de los actuales contratos es la principal razón del déficit y respectivo subsidio, y no otra.

Louis de Grange C.
Doctor en Transporte, UDP

Subsidio para el Transantiago III

05/12/2011
 
Señor director:
Contrario a lo planteado en su carta del 3 de diciembre  por Louis de Grange, no creo que el problema financiero del Transantiago se deba a los actuales contratos. La evidencia disponible indica que el sistema actual, dada sus características, no es caro,  los operadores no obtienen utilidades extraordinarias y muchas de ellas no logran cubrir sus costos. Simplemente, en comparación con el sistema antiguo, este es un sistema más oneroso debido al cambio en la relación laboral con los choferes, la renovación completa de la flota y la nueva tecnología. Reducir los costos del sistema mediante una revisión de contratos, como sugiere Louis de Grange, probablemente implique, en el mediano plazo, volver a un sistema de transporte público que opera en la informalidad y con buses viejos y de mala calidad.
De acuerdo a la ley de subsidio, los recursos destinados al Transantiago disminuyen significativamente en el 2012, lo cual implicará alzas adicionales en la tarifa. En el mediano plazo este subsidio no alcanzará a cubrir más de un 15% a un 20% de los costos del sistema. En este contexto, y considerando que en muchos países desarrollado los subsidios al transporte público cubren entre un 50% a 80% de los costos operativos (justificadamente de acuerdo a algunas  investigaciones académicas), me parece razonable considerar mantener los actuales niveles de subsidio.   
  
Andrés Gómez-Lobo
Facultad de Economía y Negocios U. de Chile


Contratos del Transantiago IV

06/12/2011
 
Señor director:
Se equivoca, creo yo, Andrés Gómez-Lobo en su carta de ayer cuando plantea que el actual sistema de transporte de Santiago no es caro y que modificar los contratos actuales implica volver a un sistema de transporte informal. También se equivoca cuando sugiere que debemos entregar subsidios al transporte similares al de países desarrollados, sin ninguna justificación socioeconómica, cuando nuestro ingreso per cápita no llega a la mitad del de varios de los países a los que hace referencia. 
Si bien la tarifa promedio del sistema hoy es comparable con la que existiría si operaran las micros amarillas (considerando que antes se pagaban todos los trasbordos), el costo del Transantiago sí puede ser reducido y con ello las alzas y los subsidios futuros. Para ello es imprescindible modificar los contratos a la brevedad.
A los operadores se les paga sobre la base de una demanda mal calculada el año 2005, y que se supone crece un 1,7% anualmente. Hoy la demanda real del Transantiago es un 25% inferior a la estimada. Es decir, se está pagando por pasajeros que no existen. Esto no implica necesariamente sobre-utilidades, pero sí sobre-costos en muchos servicios de la ciudad. 
Tan evidente y absurdo es el problema de los actuales contratos que cuando empezó a operar la extensión del Metro a Maipú, el Estado de Chile debió compensar a operadores de buses con cientos de millones de pesos por la baja en la demanda que les generó el Metro.

Louis de Grange C.
Doctor en Transporte, UDP


Subsidio para el Transantiago V
07/12/2011

Señor director:
No quiero seguir polemizando con Louis de Grange, sin embargo las justificaciones económicas para un subsidio al transporte público existen y no tienen que ver con razones de equidad o distributivas, sino con la mejora en la asignación de recursos que implica incentivar el transporte público en una ciudad donde otros modos de transporte están implícitamente subsidiados.
En cuanto a los contratos del Transantiago, creo que éstos pueden perfeccionarse para entregar mejores incentivos. Pero soy escéptico de que se puedan lograr ahorros sustanciales de costos por esta vía. Al final, como lo reconoce el propio de Grange, los operadores no tienen ganancias excesivas y si se reducen sus ingresos no podrán recuperar sus inversiones, afectando las perspectivas futuras de renovación de flota y participación en el sistema. Por otro lado, una reducción de servicios sólo deterioraría la calidad del sistema, desincentivando aún más su uso.

Andrés Gómez-Lobo
Facultad de Economía y Negocios, U. de Chile

viernes, 21 de octubre de 2011

Transantiago: Ministro Errázuriz detalla cambios y anuncia expropiación de terminales a las empresas

Los nuevos contratos trasladan a las empresas la obligación de garantizar la calidad del servicio y combatir la evasión del pasaje.

Fuente: La Tercera, 7/10/2011

El nuevo Transantiago afina su debut. A dos semanas del término de los actuales contratos con los operadores, el Ministerio de Transportes ya prepara la puesta en marcha del nuevo sistema, que buscará reducir su déficit financiero y, a la vez, mejorar la calidad del servicio.
Ayer, en un congreso con expertos en Transportes, organizado por la UDP, el ministro Pedro Pablo Errázuriz esbozó algunas modificaciones claves que buscarán marcar la diferencia con el actual sistema.
Tal como lo adelantó La Tercera, el nuevo Transantiago agrupará hasta siete zonas operadas por el mismo número de empresas, que dejarán atrás la lógica troncal-alimentador y la reemplazarán por otra más orientada a recorridos directos, con menos trasbordos y -según aspiran- mejor frecuencia y regularidad.
Ayer, en su exposición, el ministro Errázuriz adelantó, además, otros cambios. "El paso que sigue es la expropiación de los terminales. Claramente, algunos de los terminales estructurantes básicos deberían ser del Estado. Hay que pagar el justo precio, pero hay que eliminar esa barrera", señaló.
Si bien la compra de terminales no está considerada en el Presupuesto 2012, se estima que el gasto podría elevarse a más de US$ 200 millones, lo que podría concretarse en 2013.
"Esta idea se ha venido conversando y busca emular el modelo colombiano de propiedad de terminales. Si se paga el precio que corresponde es una posibilidad que se debe analizar", señala uno de los principales operadores del sistema.
Para el decano de Ingeniería en Transportes de la UDP, Louis de Grange, la medida apunta en la dirección correcta. "Sería extraordinario, porque hoy los terminales implican una gran barrera de entrada para nuevos operadores y generan una ventaja de costos para los que dominan el negocio. Por lo tanto, les permite cobrar sobreprecio por sobre los nuevos competidores".
Otras modificaciones señaladas por Errázuriz apuntan al funcionamiento del sistema: a diferencia de los pagos fijos que aplica actualmente la coordinación de Transantiago a los operadores, con el cambio, esos pagos serán en un 70% por pasajero transportado (PPT), lo que obligará a las empresas a "salir a buscar a sus pasajeros, parar en los paraderos, luchar contra la evasión, evitar demoras y velar por la calidad de servicio", detalla Errázuriz.
El 30% restante se pagará por kilómetro recorrido, por los buses que cumplan recorridos y no por la flota fija.
Más ajustes
Asimismo, se implementarán otros cambios: además de la modificación en el contrato al Administrador Financiero del Transantiago (AFT), se cambiará el derecho de uso de las calles, con vías preferentes (y no exclusivas), se flexibilizarán los contratos y se establecerán estándares para mejorar la calidad de servicio.
"Hay avances en las direcciones correctas, como juntar las zonas alimentadoras, porque permite optimizar mejor las rutas. Además, es oportuno medir la calidad de servicio según lo que la gente percibe. También es positivo reconocer que es un sistema que siempre requerirá subsidios y que no se autofinancia, como se pretendía. De todas formas, hay un riesgo de competencia en la calle, pero con los resguardos que se están tomando, no debiese volver a funcionar como las micros amarillas", explica Leonardo Basso, presidente de la Sociedad de Ingenieros en Transportes.