Fuente: Francisco J. Fuentes, El Mercurio, 3 de setiembre de 2012.
El último sondeo aplicado entre los usuarios frecuentes del transporte público capitalino -considerando buses, metro y taxis colectivos- reveló que la comodidad durante el trayecto fue el atributo menos destacado por los pasajeros.
La insatisfacción de los usuarios llevó, en junio pasado, al Ministerio de Transportes a realizar una completa modificación del decreto 122 que regula los estándares de diseño interior en los buses. Esto motivó que a partir del recambio de sus flotas más antiguas los operadores de Transantiago debieron comenzar este mismo año a incluir la nueva normativa en sus buses, aunque la nueva regulación parte en diciembre próximo.
Pese a que la modificación del decreto excluye a las máquinas más antiguas -como los primeros buses estándar Transantiago que comenzaron a operar en 2005-, se espera que la renovación del diseño interior incluya de aquí a fines de 2013 casi el 25% de la flota total del sistema. Para los próximos 12 meses está comprometida la inyección de 1.440 buses en total, dejando el resto pendiente para el proceso de renovación natural de la flota.
Transantiago desarrolló a fines de 2011 diversos estudios que le permitieran identificar los principales factores de diseño interior de los buses que generan inseguridad e incomodidad a los pasajeros. En tanto, Metro inició recientemente una completa revisión de las condiciones internas de los coches pensando en que a partir de la puesta en marcha de las líneas 3 y 6 (entre 2016 y 2018) se puedan incluir varias mejoras en el diseño interior.
La norma busca evitar que las frenadas provoquen accidentes, aumenta la cantidad de pasamanos verticales y eleva los estándares de seguridad para las personas con movilidad reducida. También incorpora obligación de ventilación forzada.
"Decidimos cambiar el diseño interior de los buses y así solucionar problemas históricos para hacer los viajes más cómodos", dijo el ministro de Transportes, Pedro Pablo Errázuriz.
Tren metropolitano: estudian diseño interior en coches para evitar microaglomeraciones y mejorar distribución de los pasajeros.
Pese a que la modificación del Decreto Supremo 122 -cuyo texto original data de 1991- sólo involucra el diseño interior y los estándares de seguridad en el transporte público mayor de superficie, Metro también se encuentra abocado al estudio de algunas medidas que le permitirán mejorar los índices de comodidad al interior de los vagones. Esto, para dar respuesta a los altos índices de saturación que en la actualidad experimentan las Líneas 1 y 4.
Si bien los estudios de microsimulación de usuarios dentro de los vagones no apuntan a efectuar modificaciones de índole estructural, fuentes de la empresa indicaron que la idea es que con pequeñas mejoras se incremente sustancialmente la comodidad de las personas y evite las aglomeraciones que se han detectado en la actualidad en torno a los pasamanos verticales y puertas.
Según explicó el gerente de Estudios del Metro, Daniel Schwarz, durante un encuentro académico en la Universidad de los Andes, "la evaluación apunta a persuadir a las personas, mediante pequeños cambios, para que ya no se agolpen frente a las puertas, porque eso demora el acceso de otros pasajeros y afecta la distribución al interior del coche".
El experto indicó además que algunos de los resultados preliminares de la evaluación técnica apuntan a que, por ejemplo, se cambie de posición los pasamanos o pilares centrales instalados frente a las puertas hacia los costados de las puertas, junto a los asientos.
Ello -precisó el ejecutivo- ayudaría a que las personas tiendan naturalmente a desplazarse hacia el pasillo interior del vagón, facilitando el acceso y egreso de otros pasajeros desde y hacia el coche.
Se espera que la evaluación de mejoras técnicas esté lista durante el próximo año para que puedan aplicarse como estándar a partir de la licitación de material rodante para las líneas 3 y 6, que comenzarán a operar entre 2016 y 2018 en la capital.
Otras fuentes de la empresa precisaron que como no se trata de modificaciones estructurales mayores y dependiendo de los resultados del estudio en cuanto a los efectos, algunas de estas medidas podrían aplicarse también en las líneas más saturadas de la red.
Los resultados de los estudios de Benchmark en Metro serán aplicados en las Líneas 3 y 6.
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