Fuente: La Segunda Online, Martín Romero E, 9/12/2011
La reestructuración del Transantiago vive días decisivos. La próxima semana o a más tardar la siguiente, el ministro de Transportes, Pedro Pablo Errázuriz, firmará los nuevos contratos del Transantiago, poniendo así fin a casi cuatro meses de renegociación entre los equipos de técnicos de la secretaría de Estado y todos los operadores del sistema.
De esta forma, el ministerio termina una de sus principales tareas del año: cambiar las condiciones legales de los recorridos troncales y de las zonas alimentadoras -cuyas concesiones terminaron el 21 de octubre, pero que fueron extendidas hasta el 31 de diciembre- para, esta vez sí, introducir mejoras sustanciales en la calidad de servicio que hasta hoy sigue atormentando a miles de santiaguinos.
Porque, por ejemplo, con los nuevos contratos las empresas tendrán mayores atribuciones para flexibilizar sus recorridos, es decir, cambiar o alargar rutas, de acuerdo con las necesidades que sean necesarias de cubrir para mejorar el servicio.
Si bien todas las fuentes consultadas por "La Segunda" aseguran que lo "macro" está resuelto -es decir los cambios fundamentales como el pago por pasajero transportado o el traspaso del control de la evasión desde el Estado a las empresas- hay varias aristas que aún están por resolverse.
La pugna con Express
Como principal leit motiv, se señala en el sector, el ministerio quiere asegurar que las empresas que se adjudiquen el servicio sean sustentables financieramente en el tiempo. Porque los nuevos contratos aumentarán el riesgo a los operadores, ya que el 70% de los ingresos serán por pasajero transportado y no como ahora, por kilómetro recorrido.
Es por eso que una de las negociaciones más complejas es la que se está produciendo con la empresa de capitales colombianos Express de Santiago Uno, controladora del troncal cuatro del sistema . Ello, porque para realizar la inversión, la empresa ligada a Alsacia colocó un bono por US$ 400 millones en Estados Unidos, que -a diferencia de lo habitual- tiene montos crecientes de pago.
Y como a partir de los nuevos contratos las empresas no tendrán sus ingresos garantizados, el ministerio está estudiando profundamente la proyección financiera de Express.
No es todo. Express es el servicio peor evaluado del Transantiago -índices de regularidad y opinión de los usuarios- y, según varias fuentes ligadas a las renegociaciones, en la secretaría de Estado campea la sensación de que "nadie asegura que en el futuro la cosa vaya a cambiar".
Esas mismas fuentes indican que están sobre la mesa varios escenarios... incluso expropiar el servicio a Express. Sin embargo, acotan, este sería el camino más difícil ya que eso significaría un millonario pago y esperar a lo menos un año el traspaso de las operaciones, con los consiguientes trastornos en los recorridos.
"Hasta el momento no hay una decisión tomada. Están los dos escenarios y hay un plan B en el caso de que se vayan", se explica.
¿Quién se queda con la zona D?
Otra de las cosas que faltan por definir es quién controlará la zona D, que opera en las comunas de Ñuñoa, La Reina, Peñalolén y Macul. Es la única que falta por concesionar, ya que la otra que quedaba en disputa, la E que pasa por La Florida y La Granja, ya habría sido concedida al empresario Juan Pinto Zamorano .
Según indican fuentes dignas de confianza, el ministerio baraja a lo menos tres "buenas ofertas" por el servicio. Una sería del actual operador del área, Jorge Gómez a través de la empresa S.T.P.S.A., y las otras dos de Veolia y Express.
Aquí se estaría tratando de compatibilizar el mejor precio ofertado con la capacidad de ofrecer "sinergias entre las zonas", es decir y en línea con uno de los ejes que ha impulsado el ministerio, alargar los recorridos, terminar con los transbordos excesivos y con la lógica "troncal y alimentador".
De esta forma, indican en el ministerio, se beneficia al usuario que siempre prefiere recorridos directos.
Sin embargo hay otras versiones. Una de ellas indica que " el ministerio está complicado, porque quiere otorgar la concesión a Veolia, que es la peor oferta . En la zona D la mejor es de la Gómez y no hay muchos argumentos técnicos para dejarlo fuera".
Lo que también falta: las condiciones económicas
Otro de los asuntos pendientes que falta acordar son las "condiciones económicas en general", por el menor ingreso garantizado.
También, según otras fuentes, se está viendo el tema de los "índices" con que Transporte mide la calidad del servicio. "Se adecuarán un poco, en lo que respecta a fórmulas de cálculo, cuánto incide un factor u otro...", explica una fuente de la industria.
No es todo, ya que además se agregarán nuevos índices de medición. Por ejemplo "va haber un observador que estará en un paradero y que tomará el tiempo que se demora la persona 'más débil' -una señora de edad, una mujer embarazada, o con niños o una persona con discapacidad- en subirse a un bus.
También se tomarán en cuenta índices de calidad como la limpieza y cuidado de los buses o incluso la forma en que el conductor conduce la máquina. "A muchas personas les molestan los frenados bruscos, sobre todo en los buses articulados, que tienen los frenos muy sensibles", dicen.
Varias fuentes indican que ya hay operadores -tanto troncales como alimentadores- que han dado el OK a los nuevos contratos . Por mail, que se ha transformado en la vía de comunicación entre los equipos negociadores del ministerio y las empresas tras las múltiples reuniones cara a cara que mantuvieron por semanas, han solicitado la fecha para ir a firmar los documentos oficiales.
De hecho, ya hay empresas que empezaron los estudios para la modificación de sus operaciones, por ejemplo para cambiar o alargar rutas, de acuerdo con las necesidades que sean necesarias de cubrir para mejorar el servicio.
El mapa de las zonas alimentadoras Si todas las negociaciones siguen de acuerdo a lo previsto, el "mapa" de las zonas alimentadoras quedaría así: la B (Conchalí, Huechuraba, Independencia, Quilicura, Recoleta y Renca) y la C (Las Condes, Providencia y Vitacura) estarán a cargo de la empresa de origen francés Veolia . Jorge Gómez , ex empresario de los buses "amarillos", por su parte, se quedaría con la F (Puente Alto), y SuBus con la G (El Bosque, La Cisterna, La Pintana, San Bernardo y San Ramón). Las zonas I (Estación Central, Maipú y Cerrillos), J (Cerro Navia, Quinta Normal, Lo Prado y Pudahuel), H (San Joaquín, Lo Espejo, San Miguel y Pedro Aguirre Cerda) y la E serán gestionadas por otro ex "amarillos" Juan Pinto Zamorano , quien opera a través de Buses Metropolitana, Nuevo Mileno y Vule.
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