Los nuevos contratos obligarán a las empresas modificar los servicios en vigencia.
Fuente: Manuel Valencia, La Tercera, 16/12/2011
Son días clave para definir los cambios que el gobierno busca introducir al Transantiago. Según fuentes de la cartera, en estos días el ministro de Transportes, Pedro Pablo Errázuriz, firmará los nuevos contratos que definirán la operación de las empresas del sistema. En los convenios, Transportes asignará el control de las actuales nueve zonas alimentadoras a cinco grupos empresariales (ver recuadro). De estas empresas, cuatro ya firmaron sus acuerdos y, hasta ayer, uno de ellos, el de la colombiana Alsacia-Express, aún era analizado por la cartera. La razón: los fuertes cuestionamientos al servicio y los respaldos financieros de la firma. Sin embargo, fuentes que conocen las negociaciones aseguran que el contrato será firmado, pero con exigencias y condiciones.
Más allá de las asignaciones de sectores, los nuevos contratos contienen reformas profundas al sistema. El motivo es que el actual esquema de pago por kilómetro recorrido pasa a la entrega de recursos por pasajero transportado. Así, los contratos fuerzan a las empresas a reducir la evasión y "salir a buscar" a los pasajeros, con una mejora en la calidad del servicio.
Para el presidente de la sociedad de ingeniería en Transportes, Leonardo Basso, esta modificación traerá de vuelta la competencia. "Va a haber superposiciones de distintas empresas en las zonas y van a tener que competir por transportar a los pasajeros, con todo lo negativo que eso implica y que había quedado superado con el Transantiago", afirma.
El nuevo modelo también establece exigencias: las empresas que cumplan los índices de frecuencia, regularidad, buen estado de los buses, correcta conducción de los choferes, irán sumando ponderaciones que implicarán una mayor recaudación.
En este esquema, las firmas ya alistan modificaciones. Desde el 2012, los operadores comprarán más de 2.000 buses nuevos para reemplazar a los 850 enchulados y ampliar su flota actual, con el objetivo de asegurar una frecuencia de los servicios. Asimismo, para generar ahorros, extenderán los actuales trayectos troncales por los barrios que hasta hoy cubren los alimentadores. Esto generará una malla de recorridos más largos y de "punto a punto", más parecida a la que conformaba el sistema de micros amarillas. En cuanto a la infraestructura, empresas como Subus iniciarán la construcción de cabeceras de terminales y evalúa levantar zonas pagas cerradas. Con ello, además de controlar la evasión, se implementarán medidas de gestión para "entretener" al usuario mientras espera el bus, como sucede con los televisores en las estaciones del Metro.
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