Los nuevos contratos trasladan a las empresas la obligación de garantizar la calidad del servicio y combatir la evasión del pasaje.
Fuente: La Tercera, 7/10/2011
El nuevo Transantiago afina su debut. A dos semanas del término de los actuales contratos con los operadores, el Ministerio de Transportes ya prepara la puesta en marcha del nuevo sistema, que buscará reducir su déficit financiero y, a la vez, mejorar la calidad del servicio.
Ayer, en un congreso con expertos en Transportes, organizado por la UDP, el ministro Pedro Pablo Errázuriz esbozó algunas modificaciones claves que buscarán marcar la diferencia con el actual sistema.
Tal como lo adelantó La Tercera, el nuevo Transantiago agrupará hasta siete zonas operadas por el mismo número de empresas, que dejarán atrás la lógica troncal-alimentador y la reemplazarán por otra más orientada a recorridos directos, con menos trasbordos y -según aspiran- mejor frecuencia y regularidad.
Ayer, en su exposición, el ministro Errázuriz adelantó, además, otros cambios. "El paso que sigue es la expropiación de los terminales. Claramente, algunos de los terminales estructurantes básicos deberían ser del Estado. Hay que pagar el justo precio, pero hay que eliminar esa barrera", señaló.
Si bien la compra de terminales no está considerada en el Presupuesto 2012, se estima que el gasto podría elevarse a más de US$ 200 millones, lo que podría concretarse en 2013.
"Esta idea se ha venido conversando y busca emular el modelo colombiano de propiedad de terminales. Si se paga el precio que corresponde es una posibilidad que se debe analizar", señala uno de los principales operadores del sistema.
Para el decano de Ingeniería en Transportes de la UDP, Louis de Grange, la medida apunta en la dirección correcta. "Sería extraordinario, porque hoy los terminales implican una gran barrera de entrada para nuevos operadores y generan una ventaja de costos para los que dominan el negocio. Por lo tanto, les permite cobrar sobreprecio por sobre los nuevos competidores".
Otras modificaciones señaladas por Errázuriz apuntan al funcionamiento del sistema: a diferencia de los pagos fijos que aplica actualmente la coordinación de Transantiago a los operadores, con el cambio, esos pagos serán en un 70% por pasajero transportado (PPT), lo que obligará a las empresas a "salir a buscar a sus pasajeros, parar en los paraderos, luchar contra la evasión, evitar demoras y velar por la calidad de servicio", detalla Errázuriz.
El 30% restante se pagará por kilómetro recorrido, por los buses que cumplan recorridos y no por la flota fija.
Más ajustes
Asimismo, se implementarán otros cambios: además de la modificación en el contrato al Administrador Financiero del Transantiago (AFT), se cambiará el derecho de uso de las calles, con vías preferentes (y no exclusivas), se flexibilizarán los contratos y se establecerán estándares para mejorar la calidad de servicio.
"Hay avances en las direcciones correctas, como juntar las zonas alimentadoras, porque permite optimizar mejor las rutas. Además, es oportuno medir la calidad de servicio según lo que la gente percibe. También es positivo reconocer que es un sistema que siempre requerirá subsidios y que no se autofinancia, como se pretendía. De todas formas, hay un riesgo de competencia en la calle, pero con los resguardos que se están tomando, no debiese volver a funcionar como las micros amarillas", explica Leonardo Basso, presidente de la Sociedad de Ingenieros en Transportes.
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